lunes, 8 de noviembre de 2010

CAPÍTULO IX



La historia se interrumpe y Cervantes el escritor de la historia sale en ella. Cervantes está en una calle de Toledo y llega un muchacho a vender unos cartapacios y papeles en árabe, y como que es aficionado a leer pide a un hombre que se los traduzca, y resulta que son la continuación del Quijote Cuando Cervantes traduce la historia al castellano: Don Quijote clava su espada al vizcaíno y cuando está a punto de matarle, las señoras que iban con él le piden que no le mate. Don Quijote acepta con una condición; que se presente ante Dulcinea para que ella haga lo que quiera de él.

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