lunes, 8 de noviembre de 2010

CAPÍTULO LIII


Cuando Sancho llevaba siete noches, y estaba a punto de dormir, sintió un gran ruido de campanas, que pareció que su ínsula se hundía, la gente del pueblo le dijeron que habían entrado infinitos enemigos en la ínsula Sancho alarmado se armó con dos grandes escudos que ocultaban todo el cuerpo, y no le dejaban doblar las rodillas, también se armó una lanza. Sancho no podía caminar y le dicen que es debido al miedo. Una vez en la batalla Sancho cayó al suelo y mucha gente le paso por encima. Después felicitaron a Sancho por la batalla. Sancho al oírlo se desmayo, al día siguiente decidió marcharse diciendo que él no quería ser gobernador y se va a buscar a Don Quijote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario